CAPÍTULO 12 PARASHÁH: “LEJ-LEJÁ”

 

A modo de introducción

 

La Toráh es reconocida como el libro que ha marcado el destino del pueblo de Israel.

Prácticamente casi toda la literatura creada y escrita por judíos, siglo tras siglo, no es más que el estudio y la interpretación de la misma Toráh.

Ahora bien, en los capítulos anteriores - once en total - no hay ninguna referencia al pueblo de Israel excepto la del nacimiento de Abraham.

Es por eso, probablemente, que el comentarista Abarbanel dice que en la Toráh existen tres comienzos. Efectivamente podemos distinguir tres etapas siguiendo la senda abierta para nosotros por él. Y estas son: “Adam” - comienzo de la humanidad - “Noah” llamado hombre justo, que sería el comienzo del ser humano enfrentando las serias dificultades que se le presentan como ente moral y ético.  öãé÷ - tsadik - en hebreo. Y la tercera “Abram, Abraham” como el hombre que llega a la fe en D’s y al amor para con Él que transmitirá a sus hijos Itshiak y Iafiacov - patriarcas de Israel-.

La historia del pueblo de Israel nace con una promesa.

La promesa formulada por D’s a Abraham cuando le dice: “A tu descendencia daré esta tierra”. A partir de este momento la tierra de Israel para el pueblo de Israel, en nombre del D’s de Israel serán las columnas que sustentarán toda la historia del pueblo, desde antaño hasta el día de hoy.

Por otra parte esta promesa será la que determinará el carácter del pueblo de Israel.

En la arena de los hechos, la historia de los patriarcas es una educación con paciencia. (Benno Jacob).

Cada gran cosa se desarrollará lentamente y enfrentando obstáculos. Abraham alcanza los cien años antes de ser progenitor de su hijo Itshak, sin cuyo nacimiento toda la promesa no tendrá razón de ser.

Itshak por su parte esperará pacientemente veinte años antes que su esposa Rivkáh dé a luz a su hijo Iafiacov.

Iafiacov, por su parte, deberá trabajar arduamente durante dos períodos de siete años cada uno antes de desposar a Rahel, madre de Iosef, su hijo preferido.

Más aún, Itshak habrá de enfrentar su sacrificio (no consumado); Iahacov deberá huir de ante su hermano que busca su vida misma; Iosef durante muchos años fué considerado como muerto por su padre, Iahacov.

En síntesis, la vida de cada patriarca ha consistido en una cadena de demoras angustiantes, juicios y aflicciones.

No obstante y a pesar de estas vicitudes, Abraham, Itshak y Iahacov no tienen dudas acerca de su destino o de las promesas Divinas.

En los próximos capítulos acompañaremos a los patriarcas de Israel, comenzando por Abraham, en todas las vicisitudes derivadas de una Promesa hasta llegar a un Destino en la historia de la Humanidad.

 

CAPÍTULO 12

1 “DIJO ADONAI A ABRAM: VÉTE DE TU PAÍS Y DE TU LUGAR NATAL Y DE LA CASA DE TU PADRE, A LA TIERRA QUE HABRÉ DE MOSTRARTE.” La Toráh nos presenta el primer mandato - que aparece escrito - a Abram. No nos dice nada en cuanto al proceso que lleva a Abram a descubrir la fe en D’s.

En este capítulo el mandato aparece como revelación de D’s a Abram. Sin embargo lo que la Toráh Escrita no explicita, lo encontraremos en la tradición Oral, los midrashim y los comentaristas de la Toráh.

Pero antes de presentar estos enfoques veremos lo que el mismo Tanaj dice acerca de Abram.

Así leemos en Nehemiáh 9:7-8: “Tú eres Adonai Elohim, que elegiste a Abram y lo sacaste de Ur en Caldea. Le conferiste el nombre de Abraham y comprobaste la sinceridad de su corazón. Concertaste con él, el Pacto...”

De acuerdo a ésto, el “llamado” a Abram es un acto de elección. Sin embargo Maimónides, basado en el Talmud y en los midrashim nos presenta a Abram como culminación y reversión de un proceso de idolatría y paganismo que había empezado en los albores de la historia bíblica.

 

 

Así leemos en “Mishnéh Toráh” Leyes de Idolatría Capítulo 1. Inciso 1: “En los días de Enosh, los seres humanos habían caído en un gran error y el consejo de los hombres sabios de la generación se convirtió en necedad...

Y éste había sido el error de ellos: De momento que D’s - dijeron ellos - ha creado estos astros y esferas para regir el mundo y los ha colocado en las alturas y les ha inferido honor, ya que ellos están al servicio de Él, ellos son merecedores de loores y gloria. Y, ésta es la voluntad de D’s Bendito Sea Él... Cuando esta idea se apoderó de sus mentes empezaron a construir palacios en nombre de los astros y acercar sacrificios y adorarlos para obtener la gracia de D’s - de acuerdo a esta perversa noción -. Y ésto había sido la raíz de la idolatría”.

La idolatría fue apoderándose de todas las mentes en las generaciones sucesivas hasta “que nació la columna del universo que es Abraham, nuestro patriarca. Cuando hubo crecido este coloso empezó a reflexionar.., hasta que a la edad de cuarenta años reconoció Abraham a su Creador...” Ahora entendemos, de acuerdo a estas fuentes, que la elección de Abraham no había sido casual sino que se debe a la poderosa fe que éste descubre por sí mismo negando la idolatría y el paganismo que había sido una parte de su vida.

 

“...VÉTE DE TU PAÍS Y DE TU LUGAR NATAL Y DE LA CASA DE TU PADRE...”

Abram entra en la historia de la fe mediante actos de renunciamiento. Renunciación no voluntaria, sino pedida por mandato Divino.

Debemos aprender de ésto que no puede existir fe en D’s si el hombre no está dispuesto a renunciamientos, aún de las cosas que le son tan caras como: país, lugar natal y casa paterna.

Es de notar que Abram ya había empezado a migrar -hacia la tierra de Quenahan (Véase Cap. 11:31), pero el mandato esta vez es “Lej-Lejá” - véte - tú solo.

Rambán, basado en el Zohar dice que para que el ser humano pueda recibir un mandato Divino debe antes demostrar un despertar espiritual emanado de lo íntimo de su ser y esto es lo que “provocará” äúòåøøåú îìîòìä o sea la atención de D’s Altísimo para esta persona. (Véase el Libro del Zohar, parashat “Va-erá” 31,2).

Según Abarbanel, Abram tendrá que separarse y alejarse de los factores que podían impedirle la realización plena de su fe. Por ejemplo: el lugar natal que implica dejar aún a personas amigas y eso es parte de la prueba.

 

“A LA TIERRA QUE HABRÉ DE MOSTRARTE.” “Quiere decir que en su viaje Él lo conducirá al lugar que había elegido; pero tal vez esté insinuando en las palabras “que habré de mostrarte” que allí se le manifestará D’s ya que es la tierra destinada para la revelación de D’s y no la tierra en donde él había estado viviendo hasta ahora.” (Abarbanel)

 

2 “Y TE HARÉ UN PUEBLO GRANDE, TE BENDECIRÉ Y ENGRANDECERÉ TU NOMBRE ..”..“Estas promesas fueron formuladas a Abram para disipar las dudas generadas por su partida” (Abarbanel)

Este comentarista refleja en forma inequívoca lo que significa la fe para el judaísmo.

La fe no es la anulación de la personalidad ya que la misma genera dudas. Lo importante es que el hombre no anule las dudas sino que las equilibre. La fe es para seres vivientes y no para cadáveres, por lo tanto la misma generará conflictos y dudas. La grandeza del ser humano será partir hacia su destino a pesar de sus dudas.

 

“...Y SÉ BENDICIÓN.” “La finalidad de esta partida de Abram está insinuada en estas palabras:

“Y sé bendición”. Pues cuando él haya partido será bendición entre los pueblos al enseñarles la fe verdadera de manera que el mundo llegue a su perfección a través de él.

Él, Bendito Sea, le hizo saber que Su Providencia estará con los hombres que acepten su enseñanza Y aprendan su fe.” (Abarbanel)

El Judaísmo siempre ha entendido que el mensaje de D’s o es universalista o carece de sentido. La Toráh de Israel y los profetas de Israel no harán más que traducir en hechos concretos y en conductas diarias este enunciado. Bendición para los pueblos, que significa el conocimiento de D´s para toda la humanidad. Este conocimiento no puede ser patrimonio de un grupo de personas, ya que a través de Abraham serán bendecidas “todas las familias de la tierra”.

 

3 “BENDECIRÉ A LOS QUE TE BENDIGAN Y AL QUE TE MALDIGA, MALDECIRÉ...”

No tengo ninguna duda de que Abran, cuando con su fe estuvo en divergencia con todo el resto de los hombres, todos lo humillaban, maldecían y despreciaban, por la confusión de ellos y él sufrió por el Nombre de D’s  y es así lo que hay que hacer por la Gloria de Él”. (Abarbanel).

Estas palabras dichas con respecto a Abram han pasado a ser parte de la misma historia del pueblo judío, despreciado, maldecido y motivo de burla por estar en divergencia con el resto de los hombres “al portar el mensaje del monoteísmo.” Sin embargo el pueblo judío jamás ha dejado de seguir leal a D’s, Creador de toda la Humanidad; aún cuando el sufrimiento ha sido grande y casi irresistible.

Nuestra esperanza fue y será que el monoteísmo sea fuente de bendición y no de maldición; es decir, que no se rechace el mensaje Divino.

 

5 “ASÍ COMO LAS ALMAS QUE HICIERON EN HARAN...” Se refiere a las personas que él había traído a cobijarse bajo las alas de la Divinidad. Abram convertía a los hombres y Sarai convertía a las mujeres y la Escritura les consideró como si habrían “hecho estas almas”.

Aunque de acuerdo al significado literal del texto estas palabras hacen alusión a los esclavos y siervas que ellos habían adquirido...” (Rashí)

 

6 y 7 “SE INTERNÓ ABRAM EN LA TIERRA HASTA EL EMPLAZAMIENTO DE SHEJEM, HASTA LA ENCINA DE MORÉH. Y A LA SAZÓN LOS QUENAHANITAS ESTABAN EN LA TIERRA/ Y SE REVELÓ ADONAI A ABRAM Y LE DIJO: A TU DESCENDENCIA DARÉ ESTA TIERRA ...“ “El hecho de que la Toráh recalque que a la sazón los Quenahanitas estaban en la tierra no indica, en modo alguno que ese pueblo no estaba más en la tierra cuando el libro de Génesis fue escrito; porque si fuera así sería una información superflua ya que toda la historia de los patriarcas presupone que la tierra estaba ocupada por los Quenahanitas, a quien la tierra debe su nombre.

Lo que la Toráh quiere recalcar es que había una situación paradójica, ya que leemos en el versículo 7 que Abram había erigido un altar para marcar el lugar donde D’s se le había revelado, en el mismo centro del país y circundado por una vida religiosa pagana que dominaba la vida de los Quenahanitas que a su vez circundaban a Abram” (Benno Jacob) Y por eso la mención especial de los Quenahanitas. En otro orden de cosas, aquí estamos frente a la primera formulación de la promesa de D’s para Abram confiriéndole descendencia y tierra en el mismo lugar donde Israel desarrollará su historia.

A1 respecto dice Rashí, comentando la construcción del altar por Abram, que él lo hizo para agradecer por “la promesa de la ‘descendencia” y “la promesa de la tierra”.

Mientras que en el versículo 8 leeremos:

 

“...Y ERIGIÓ ALLÍ UN ALTAR PARA ADONAI Y PROCLAMÓ EL NOMBRE DE ADONAI.” Al respecto comenta el midrash que "de aquí se desprende que Abram hizo invocar al nombre del Santo Bendito Él en boca de toda creatura”.

Otra opinión dice “que comenzó a enseñar la fe a las personas y a hacerlas ingresar bajo las alas de la Divinidad”.

 

" SE DESPLAZÓ DESDE ALLÍ HACIA LAS MONTAÑAS - AL ORIENTE DE BET EL - Y TENDIÓ ALLÍ SU TIENDA; QUEDANDO BET EL AL OCCIDENTE Y EL HAI AL ORIENTE...” Midrash Rabbáh, Parasháh 40, Letra 8: “Dijo el Santo Bendito sea Él a nuestro patriarca Abram: sal y apisona el camino delante de tus hijos; así encontrarás (lector) que todo lo que está rcrito con respecto a Abraham, estará escrito con respecto a sus hijos.”

La idea de este midrash es que Abraham, a través este recorrido de la tierra de Qeuenahan y la construcción de altares está marcando los hitos de la futura historia de Israel y el ingreso del pueblo de Israel a la Tierra Prometida que de alguna manera te:ndrá similitud con el ingreso de Abram ya que una de las primeras ciudades conquistadas por Iehoshúah será la ciudad de Hai.

 

10 “SOBREVINO HAMBRE EN EL PAÍS Y DESCENDIÓ ABRAM A EGIPTO PARA PEREGRINAR ALLÍ, PUES ARRECIABA EL HAMBRE EN EL PAíS.” La tierra de Quenahan, más tarde Tierra de Israel, está situada en una zona del mundo donde las sequías se producen con cierta frecuencia, a diferencia de Egipto, tierra que debe su fertilidad al río Nilo, no dependiendo su prosperidad de las precipitaciones pluviales.

Es por eso que la Toráh, en algún momento compara a la tierra de Egipto - por su fertilidad-. al Huerto de Adonai - Génesis 13:10.

Por lo tanto cuando sobreviene el hambre en la tierra de Quenahan Abram se dirige a Egipto para evitar la calamitosa situación que ésta provoca.

Ahora bien, los exégetas de la Toráh viendo en Abram no sólo al hombre sino al patriarca y al conductor que “apisona el camino delante de sus hijos” están divididos en cuanto a la apreciación de este hecho y de sus connotaciones ético - morales. Y así veremos que Rambán dice con claridad: “...Y sábete que Abraham, nuestro patriarca, ha incurrido en error grande sin premeditación al implicar a su esposa - mujer justa - en un tropiezo y pecado por culpa del temor de él: no sea que fueran a matarlo. Pero él debió confiar en D’s para que lo salve a él y a su mujer y a todo lo que venía, ya que D’s tiene el poder para ayudar y para salvar.

También su salida de la tierra - a la cual había llegado por el mandato divino al principio - es delito y pecado, ya que D’s en época de hambre lo rescatará de la muerte.

Y por esta acción de Abraham fue sentenciado sobre su descendencia al exilio en la tierra de Egipto a manos de Parhó. “En el lugar de la justicia allí está la iniquidad y el error.”

El enfoque de Abarbanel, quien a su vez cita a Ran (Rabbenu Nissim) es otro.

El dice “que el precepto divino consistía en habitar la tierra de Quenahan lo que no implicaba la prohibición de trasladarse a la tierra de Egipto por alguna necesidad ya que él se dirigió a ese país no para establecer su morada allí sino para peregrinar... åøçîðà ìáà áòé  o sea D’s busca la intención de la persona y no solamente sus acciones y además los preceptos divinos están condicionados “pues el hombre deberá cumplirlos para vivir con ellos” y no para morir por ellos. Y el hambre es un peligro gravísimo, insoportable. Y por eso Abram entendió que sería bueno a los ojos de Adonaí, salvar su ser de la calamidad que es el hambre”.

 

13 “DÍ - TE LO RUEGO - QUE ERES MI HERMANA, PARA QUE SEA BIEN PARA MÍ POR TU CAUSA- : Y PERMANECERÉ CON VIDA GRACIAS A TÍ.” Respecto a este episodio existen dos enfoques interpretativos. Uno, el analítico que nos llevaría a formular preguntas muy severas y que originarían, tal vez, respuestas forzadas, como en realidad ha ocurrido.

El otro enfoque, en nuestra opinión, sería entender este episodio en el contexto amplio de la tendencia general del Tanaj que no idealiza a sus protagonistas sino que, simplemente, los presenta como seres humanos. Por lo tanto no sería consecuente con el espíritu del Tanaj, juzgar a una persona que actúa bajo estado de necesidad extrema y soportando presiones intolerables.

 àðåñ øçîðà ôèøéä es decir, que el hombre coaccionado está exento por D’s.

De cualquier manera si quisiéramos remitirnos a una interpretación literal del Texto, realmente Sarai era media hermana de Abram (Véase Génesis 20:12).

En otro orden de cosas, la verdad es que todo este “proyecto” de Abram fracasará. Él no podrá vivi en Egipto en quietud y será expulsado del país casi de inmediato.

El mensaje de la Toráh aquí es que “sólo a D’s pertenece el conocimiento y Él establece lo hechos.” (I Samuel 2:3); lo que no libera al se humano de actuar para salvar su vida y la de su prójimo. Y creemos que esa ha sido la intención de Abram al decir: “...Para que sea bien para mí - por tu causa -; y permaneceré con vida gracias tí.”

 

20 “ORDENÓ - A SU RESPECTO- PARHÓ A SUS HOMBRES Y LO EXPULSARON A ÉL Y A SU ESPOSA CON TODAS SUS POSESIONES.” Son varios los comentaristas que entienden que en este caso, el verbo ùìê - Shalah - quiere decir acompañar, custodiar (Rashí, entre otros)

Empero S.D. Luzzatto dice al respecto: “Quiere decir acompañar. pero este verbo no se aparta del significado de su raíz que es ayudar u obligar a nuestro prójimo para que se vaya...”

Nuestra traducción está basada en este comentarista.

En otro orden de cosas y siguiendo la línea de pensamiento de Rambán que dice “todo lo que ocurrió a los patriarcas le ocurrirá a sus hijos”, vemos aquí un preludio, una microhistoria del pueblo de Israel y la similitud estaría en el hecho de que tanto Abram como los hijos de Israel descienden a Egipto para salvarse de la calamidad del hambre, y que en ambos casos sufren por causa del gobernante egipcio y en ambos casos habrá una expulsión del país, de Egipto.

La salvación no vendrá de Egipto sino que la misma surgirá del asentamiento - ya sea de Abram o de los hijos de Israel - en la tierra prometida por D’s para ellos.