PARASHAH TAZRIAH

VAIKRA 12 -13

 

C A P I  T U L O 12

 

Versículo 2: "'UNA MUJER CUANDO ENGENDRARE Y DIERE A LUZ UN VARON ... "

En el capítulo anterior, habíamos visto cómo la Toráh nos prescribió leyes concernientes a la ti  טומאה, "tumáh" -impurificación- provenientes de animales y aves, ya sea al comerlos, tocarlos o transportarlos. Por eso la Toráh ahora nos hablará de la ti טומאה, "tumáh" - impurificación- del hombre en su vida y en su muerte.

"Así como cuando el mundo fue creado, el ser humano lo fue en último término, asimismo la ley concerniente a su pureza o impureza también ha sido enunciada siguiendo ese orden". Sirvan estas palabras de Rabbi Simlai como introducción a los capítulos que sucederán. Rambán, en su introducción al libro Levítico, nos había explicado que casi todo este libro está dedicado temáticamente a preservar la sacralidad del Santuario, y en realidad vemos que todas las leyes concernientes a " טומאה וטהרה ", "Tumáh vetaharáh" -impurificación y pureza - Poseen un carácter ritual. Lo importante era que la persona en estado de "טומאה',,", "tumáh" -impurificación- tenía que mantenerse lejos de toda cosa sacra y por sobre todo, lejos del Santuario.

Los conceptos de " קדושה וטהרה ", "kedusháh vetaharáh" -santidad y purezaa- parecen en muchas oportunidades como sinónimos, como quedará demostrado en los próximos capítulos.

Los grandes exégetas de Israel coinciden en que los conceptos de" טומאה וטהרה ", "tumáh vetaharáh" -impurificación y pureza- no son conceptos de carácter médico, sino más bien conceptos de carácter moral y en relación con la idea de lo sagrado.

 

Versículo 2: "... CUANDO ENGENDRARE ... "

Traducimos" כי תזריע", "qui tazríah" como "engendrare", aunque en rigor la palabra deriva de" זרע ", "zerah", que quiere decir "semilla". Los exégetas concluyen de aquí, que este verbo hace referencia no solamente a un nacimiento normal, sino que afecta también a aquella mujer que no hubiera concluido felizmente su embarazo.

 

Versículo 2: ... COMO EN LOS DIAS DE SUS DOLORES MENSTRUALES ... "

Esto incluye la prohibición rigurosa de cohabitación (Véase: Levítico 15:24 y 18:19).

 

Versículo 3: "EMPERO EN EL DIA OCTAVO, HABRÁ DE SER CIRCUNCIDADA LA CARNE DE SU PREPUCIO".

La mitsváh de la circuncisión ha sido enunciada por primera vez en Génesis 17. Transcribimos aquí nuestra nota al respecto:

 

"BERIT MILÁH"

LA CIRCUNCISIÓN COMO PACTO

 

En la tradición judía, la circuncisión en nombre de la Toráh, es llamada "Ot Berít-Kódesh" conceptos significan: el signo del Pacto para la consagración.

Es por eso que en el mismo momento de efectuar el "Berít Miláh" rogamos a D's que así como el recién nacido ha ingresado al Pacto quiera D's ayudarle a ingresar a la consagración matrimonial y al mundo de las mitsvét y de las buenas acciones. Lo que quiere decir que el judaísmo no concibe la circuncisión que no conduce a una vida consagrada totalmente a Él.

Del nacimiento de este signo del Pacto tratan los dos versículos que siguen.

Si bien en la categorización de las mitsvot, la mitsváh de la miláh pertenece a la categoría de "חוקים " - Hukim, mitsvót cuya razón no está explícita en la Toráh (Véase Levítico 12,3), nuestro capítulo presenta a esta mitsváh como "אות ברית " Ot-Berít o sea el signo y el Pacto.

Parece decir el texto que, siendo el Pacto concertado entre D's y Abrahám una idea, un compromiso contraído por éste, debe ser simbolizado en nuestro mismo cuerpo para demostrar que las ideas deben estar acompañadas de acciones; el Pacto tiene que ser tangible y el mismo marcará el órgano de nuestro cuerpo por el cual somos progenitores de nuestros hijos, quiere decir: las futuras generaciones, la continuidad del pueblo del pacto.

Por otra parte, la circuncisión משכן ,Miláhsin la idea de" ברית "-Berít- pierde su carácter esencial. Acciones y hechos que no tienen una raíz ideológica parecen ser actos mecánicos.

No es esto" אות ברית "-el signo del Pacto para la consagración de nuestras vidas.

Cabe resaltar que Mitsvát Miláh" מילה"'o es una de las mitsvot que la Literatura Rabínica denomina como:"מצוה שישאל מסרו את עצמם " -Precepto por el cual el pueblo de Israel ha llegado a poner en peligro su misma vida-o Seguramente esto hace alusión a las persecuciones del período greco-romano que quiso abolir preceptos principales del pueblo judío a saber: la miláh "מילה", la hupáh "חופה" y el estudio de la Toráh. El Talmud abunda en episodios dramáticos que ilustran cómo el pueblo de Israel conducido por sus sabios, conjuró el peligro de su extinción espiritual aferrándose, especialmente, a estos tres preceptos cardinales.

Los sabios del Talmud sintetizaron esa situación utilizando el versículo del profeta Iehezkel (16:6) que dice: "Pasé cerca de tí Y te ví -envuelta en tu sangre --Congregación de Israel y te dije: en tu sangre habrás de vivir".

De acuerdo a los sabios del Talmud la primera alusión a sangre del versículo es la sangre derramada por los enemigos de Israel para abolir el "ברית מילה "berít miláha lo que Adonai responde" בדמיך ", "en tu sangre (término enunciado por segunda vez) habrás de vivir", haciendo alusión a las gotas de sangre que brotan cuando se efectúa el "berit",

El desafío del pueblo de Israel es responder al pedido del versículo 7 que dice: "Y estableceré Mi Pacto entre Yo y Tú y tu descendencia en pos de tí por sus generaciones, por Pacto Eterno. Para ser para tí por D's y para tu descendencia en pos de tí". El hombre judío que viola este precepto trunca su pertenencia a la nación. En las palabras del versículo 14: "Mas el incircunciso varón -que no circuncidare la carne de su prepucio, será truncada ese alma de entre sus congéneres, pues Mi Pacto abolió."

El hombre judío, o es "כורת ברית " concierta el Pacto-o es " כורת את נפשו " - trunca su persona, en la metáfora del árbol que es el judaísmo, dañando una de sus ramas.

 

Versículo 3: " ... EN EL DIA OCTAVO ... "

Aunque este día fuere Shabbát o Iom Quippúr, siempre y cuando el varón hubiere nacido de día y no si hubiere nacido cuando fenece el día.

Según Rabbi Shimhón Ben Iohai, la Toráh estableció que la circuncisión del recién nacido se haga el octavo día para permitir a la madre participar y regocijarse con este evento, ya que durante los siete días anteriores la madre estaba afectada por la ley enunciada en el versículo anterior. (T. B. Niddah 31:B).

 

Versículos 4, 5: "EMPERO DURANTE TREINTA Y TRES DIAS ... EMPERO, SI A UNA HEMBRA DIERE A LUZ, HABRA DE PERMANECER IMPURA POR DOS SEMANAS COMO EN SU ESTADO MENSTRUAL, Y SESENTA Y SEIS DIAS PERMANECERA EN SANGRE DE PUREZA".

Si bien la Toráh no nos explica el por qué de este doble criterio, los exégetas tratan de encontrar razones médicas para ello, y es así como Ibn Hezra nos dirá (en nombre del Talmud) que en el seno materno el sexo del varón queda definido a los cuarenta días, mientras que el de la hembra Quedaría definido solamente a los ochenta. Y por eso la Toráh prescribe los períodos de pureza correspondientes de cuarenta días después del nacimiento de un varón y ochenta después' del nacimiento de una hembra.

Sin embargo, Rabbenu Behayéh (entre otros) cree que la razón sería "porque la parturienta tarda más en recuperarse después del nacimiento de una hembra que después del de un varón".

 

Versículos 6 Y 7: "HABRA DE TRAER UN CORDERO PRIMAL COMO HOLOCAUSTO ...COMO HATTAT"

"Y HARA LA EXPIACION POR ELLA Y ELLA QUEDARA PURA ... "

El término "expiación" por la mujer parturienta llama nuestra atención, ya que el sacrificio expiatorio era ofrecido únicamente mediando una acción réproba. Por eso, Ibn Hezra (basado en el Talmud) sugiere que tal vez la parturienta haya proferido en el momento del parto algunas palabras negativas, a causa del dolor y la tensión; o haya abrigado algún pensamiento negativo, por la misma causa. Seforno sugiere que estos sacrificios representan más bien una transición del estado de parto, y la reintegración de la parturienta a la vida espiritual activa. Después de esto, agrega

Sefomo, ella podrá ingresar al Santuario oportunamente.

 

Versículo 8: "... Y RARA LA EXPIACIÓN POR ELLA EL COHEN Y QUEDARA PURA".

A los efectos de participar plenamente de la vida espiritual y ritual que tenía lugar en el Mishcán -Santuario-. (Basado en Rashbám).

 

Introducción

a las parashiót Tazria y Metsoráh.

(Capítulos 13-15)

 

Resultaría casi Imposible -de acuerdo con la mayoría de las fuentes rabínicas- entender las afecciones citadas por estos capítulos de la Toráh, analizándolas desde un punto de vista de higiene o de profilaxis

Antes de entrar en el análisis riguroso de estas afecciones, resulta importante conocer el pensamiento monoteísta acerca de la concepción del hombre, según nuestra Toráh. Citaremos a modo de ejemplo, una de las fuentes, que nos ayudará a entender esta concepción. "Dijo El: Si oír habrás de oír la Voz de Adonai, Tu D's, y lo recto ante Sus ojos hicieres y prestares oídos a Sus preceptos y observares todas Sus leyes, ninguna de las enfermedades que impuse en Egipto impondré sobre ti; ya que Yo soy Adonai, el que te cura a ti". (Exodo 15:26).

De lo cual inferimos una relación entre la ética religiosa y el campo de la higiene sanitaria, uniendo definitivamente alma y cuerpo. Y por consiguiente, decidiendo que el ser humano es la unión armoniosa y total de espíritu y materia.

Por lo tanto, para asegurar el buen funcionamiento de nuestras fuerzas físicas, nuestras virtudes morales deberán ser reales y significativas, y serán, por consiguiente, la mejor "medicación" para las fuerzas físicas, y evitarán el desequilibrio de nuestra persona.

Mediante una lectura cuidadosa de los textos bíblicos encontraremos la base misma de esta propuesta.

En la larga" תוכחה ", "Tojeqá" reprimenda- que D's dirige al pueblo de Israel, por si éste transgrediere la Toráh, el castigo será que D's "hará retomar hacia ti todos los "dolores egipcios", ante los cuales habías temido y se pegarán en ti" (Deuteronomio 28:60).

Como quiera que lo más importante en medicina es la prevención de la enfermedad antes que la curación, D's implanta en nosotros Su palabra y las conductas que El nos ha prescripto para prevenir la enfermedad, pidiéndonos una dimensión ética en nuestra vida.

Empero, si el hombre no se ha comportado adecuadamente, y se ha enfermado, él será quien deba curarse por sus propios medios, o sea " תשובה ", "teshubáh" -el retorno a D's-y la reversión de los actos negativos que cometemos en nuestra vida (base de toda enfermedad), pues así dice el versículo" ... Y el retornará y se curará a sí mismo ... " (Isaías 6:10).

En cuanto a la comprensión específica de los capítulos 13 a 15 de Levítico, es necesario puntualizar algunas cosas, a saber: Maimónides, en su libro Mishnéh Toráh, Hiljót Tumát Tsaráltat, Cap. 16 halajá 10, nos recuerda que el término "tsaráhat" (que traducimos conceptualmente como "lepra") es polivalente, ya que vamos a leer en la Toráh que esta afección llamada tsaráhat se manifestaba en formas muy distintas. Y así veremos que se llamará "tsarahat" a llagas o úlceras de la piel, caída del cabello, determinadas manchas en las ropas de lana, lino, u objetos de cuero, y también la veremos afectando las mismas paredes de las casas. De ésto concluímos con Maimónides, que "tsaráhat" no quiere decir "lepra" en su significado médico actual.

Además, el mismo Maimónides legisla basado en el Talmud que esta afección no impurificaba ni a los paganos ni a los residentes no israelitas de la tierra de Israel (Hiljót Tumát Tsaráliat IX:l). Por consiguiente, las leyes de tumáh y taharáh afectan sólo al pueblo de Israel, por tratarse de prescripciones espirituales dictadas por la voluntad Divina. Además, las fuentes talmúdicas ya habían escrito que la tsaráhat afectaba a las personas de nuestro credo, que habían incurrido en determinados pecados como ser: la calumnia, el orgullo y la envidia, entre otras.

Por último, algunos sabios del Talmud insisten en que el metsorah (afectado por tsaráhat) era el hombre castigado por incurrir en la difamación de sus congéneres" מוציא רע ", "motsi rah" -el que difama-, sacando a relucir lo malo.

Entendemos que la base bíblica para esta aseveración es el episodio de Miriam, quien había sido afectada por la lepra como castigo por haber incurrido en la difamación de Moshéh, su hermano. (Números 12:10 y ss.).

Además, en Deuteronomio 24:8 y 9 se nos previene contra la afección de la lepra y se nos pide recordar el episodio de Miriam, ocurrido durante la travesía del desierto. Por último, cuando el rey Huziahu desafió las leyes concernientes a la santidad del Templo de Jerusalem, se desató sobre él el Furor de D's "... y la lepra brotó en su frente ... " y él quedó leproso hasta el día de su muerte". (II Crónicas 26:19 y ss.).

Sin embargo, estas consideraciones no han impedido a exégetas como Ralbág o Abarbanel, afirmar que se trata de una enfermedad contagiosa, con su consiguiente diagnóstico y prevención.

 

Continúa en Cap. 13