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El respeto a los padres

 


Rav Shlomo Aviner

Publicado por Majon meir

Pregunta¿Deben los hijos obedecer todo lo que exigen sus padres – palabra por palabra? Evidentemente, no me refiero a un niño de cuatro años sino al caso de un adulto.

Respuesta: No. El hijo o la hija no deben ser idénticos a sus padres. Deben “honrarlos” (Shemot, 20:12). Es decir, deben darles comida, vestido, ayudarlos a entrar y salir, y preocuparse de sus necesidades.

Asimismo, deben “venerarlos” (Vaikrá, 19:3): Un hijo no debe pararse en el lugar del padre ni sentarse en su asiento. No debe contradecirlo. De hecho, debe expresarse con respeto y humildad, y no  decir: “¡No es verdad! ¡Te equivocas!” (Kidushin, 31b).

Sin embargo, un hijo no está obligado a pensar y actuar en forma idéntica a sus padres. Los hijos no son propiedad de sus padres. Es cierto que los padres les dan todo, criándolos y ocupándose de ellos, pero esto no les brinda el derecho de propiedad sobre sus hijos. Los descendientes pueden optar por otro camino – obviamente que se encuentre en el sendero de la Torá – si bien dentro de la Torá existen varias vías.

Los hijos están obligados a honrar, asistir, ocuparse y preocuparse de todas las necesidades de sus padres. Igualmente, deben mostrarles veneración. No están obligados a ser idénticos, pero tienen prohibido expresarlo en una forma insolente. Deben hablar a sus padres con respeto, sumisión y veneración (como dicen el Rambán y Rashba acerca de Yevamot 6, y Biur HaGra sobre Yoré Deá al final del Párrafo 240).

Igualmente, los sabios recomendaron a los hijos ceder en asuntos pequeños. No lo exigieron, únicamente lo recomendaron. Si tu madre te dice: “¡Come esto! Es muy rico” – deberás hacer lo que ella pide. Si ella dice: “¡Ponte este abrigo! Es bonito” – Harás lo que ella pide.

En términos generales, en la vida hay que saber distinguir entre las cosas importantes y las que no lo son. En asuntos importantes, debemos ser firmes en nuestras ideas. En cambio, en asuntos sin importancia, no vale la pena iniciar una guerra mundial por minucias sino que conviene ceder. Es cierto, ceder significa ir más allá de lo que establece la Ley. Pero tus padres fueron mucho más allá de lo escrito para tu bien, mucho más de lo que debían.

Esto es lógico. Tiene cierta lógica ir más allá de lo que prescribe la Ley para quienes hicieron lo mismo para tu bien. Cuanto más si vives en la casa de tus padres, debes hacer lo que ellos – tus anfitriones – te dicen. Existe una idea entre los casuistas que sostiene que en el marco de la “reverencia” está prohibido mostrar desacuerdo con los padres, no sólo en asuntos de estilo sino también de contenido.

Para resumir, toda persona está obligada a “obedecer” a sus padres, debe honrar y  asistirlos, y debe tratarlos con respeto y admiración. Esta es una gran mitzvá.

 

 

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